Después de la visita a Lucca volvimos al coche para dirigirnos a nuestro alojamiento en Florencia. Tras algo más de una hora de camino nos encontramos dando vueltas y más vueltas por los alrededores de nuestro hotel ya que al estar cerca del casco antiguo no se puede transitar con el coche. Ya nos habían advertido que en Italia está prohibido circular por el centro, salvo los residentes y los vehículos autorizados. En infinidad de calles te encuentras una mini señal de prohibido y múltiples cámaras que vigilan que no te adentres por el casco antiguo (a más de uno le habrá llegado la multa a casa pues si no estás atento es fácil cometer una infracción) Al pasar varias veces por delante de la misma calle que nos prohibía la entrada decidimos alejarnos del centro para buscar otra alternativa (sabia decisión) Tras instalarnos y dejar el coche en un parking cercano concertado con el hotel pusimos rumbo al centro.
A unos escasos diez minutos del hotel nos encontramos con la Piazza della Santissima Annunziata, edificada a finales del siglo XIII para acoger un mercado semanal y en cuyo centro podemos ver la estatua ecuestre de Fernando I de Médici. Alrededor de la plaza destacan los edificios de la Basílica de la Santissima Annunziata, el Hospital de los inocentes y el Pórtico de los siervos de María.
Saliendo de esta plaza ya podíamos vislumbrar la impresionante cúpula del Duomo al final de la calle, por lo que aceleramos el paso para llegar a él.
Esta ha sido nuestra primera vez en Florencia (y seguro que no la última) y aunque hemos visto el Duomo en numerosas fotografías y documentales no esperábamos la impactante grandiosidad de esta catedral, una de las mayores del mundo.
Paseamos por los alrededores para dar un primer vistazo a la Piazza del Duomo en donde se encuentra el Baptisterio de San Juan ya que visitaríamos estos monumentos a la mañana siguiente.
Justo en la Piazza de San Giovanni (entre el Duomo y el Baptisterio) se encuentra la Loggia del Bigallo, en donde antiguamente se abandonaba a los niños y que hoy en día sirve de refugio a los turistas que andan perdidos pues en ella se encuentra la oficina de información turística.
Bajando por la Vía dei Calzaiuoli llegamos a otro conjunto arquitectónico impresionante, la Pizza della Signoria en donde destaca el Palazzo Vecchio, que fue centro político y social de Florencia durante siglos.
El palacio viejo todavía desempeña su función original como ayuntamiento y aunque su exterior sigue conservando su aspecto medieval, su interior se ha ido reformando a lo largo de los siglos. Hoy en día, además de las oficinas municipales, alberga el Museo dei Ragazzi en cuyo interior se exponen obras de artistas como Miguel Ángel. Para los amantes del arte ésta es una visita que merece la pena.
A las puertas del palacio se encuentra la copia del famoso "David" de Miguel Ángel, para muchos una de las obras maestras del Renacimiento. Hasta principios del siglo XX esta reconocible estatua estuvo expuesta en este lugar pero hoy en día el original se encuentra expuesto en la Galería de la Academia de Florencia.
Aunque el Palazzo Vecchio es el edificio más importante de la Piazza della Signoria no desmerecen los edicifios de sus alrededores, en donde podemos destacar la Loggia dei Lanzi que alberga numerosas esculturas. En aplaza también se encuentra la fontana di Nettuno que conmemora las victorias navales toscanas.
Bajamos hacia el río Arno para visitar el Ponte Vecchio, pero como preferíamos verlo al atardecer decidimos pasear por la orilla del río. Nos encontramos con el Museo de Galileo y la Biblioteca Nacional.
Terminamos en una enorme plaza en donde se encontraba la Basílica della Santa Croce, iglesia gótica que alberga tumbas y monumentos de muchos florentinos famosos incluyendo Miguel Ángel, Galileo y Maquiavelo.
En esta plaza también se encuentran varios palacios entre los que destacan el Palazzo Cocchi-Serristori y el Palazzo dell´Antella. Aquí nos encontramos con un animado mercadillo por el que estuvimos curioseando.
El sol ya estaba cayendo así que era el momento de volver al río para dirigirnos al Ponte Vecchio. Puente medieval sostenido sobre tres arcos más antiguo de toda Europa, sus pintorescas tiendas pertenecían a herreros, carniceros y curtidores pero por el ruido y el olor que producían fueron sustituidas por joyeros y orfebres.
Cruzamos a la otra orilla atravesando el Ponte Vecchio y nos dirigimos a la Piazza Pitti en donde se encuentra un gigantesco palacio renacentista con el mismo nombre. El día estaba tan bueno que los florentinos no dudaban en tumbarse en la plaza a la caza de los últimos rayos de sol.
Ya de vuelta pasamos por la Galería Uffizi, que a estas horas ya estaba cerrando (nos la apuntamos para nuestra vuelta a Florencia, es imposible verlo todo en tan poco tiempo)
En los últimos años siempre que hay una Hard Rock Café en la ciudad que visitamos intentamos darnos una homenaje (ya se que es comida basura, pero nos encanta!!) así que nos dirigimos a la Piazza della Repubblica, en cuyas inmediaciones se encuentra este restaurante.
Callejeando hasta que oscureciera, volvimos a pasar por las zonas más emblemáticas de la ciudad y como no nos gustan las fotos (¿verdad?) aquí os dejamos unas cuantas fotos de nuestro atardecer en Florencia.
A la mañana siguiente salimos bastante temprano para dirigirnos a Fortaleza da Basso, fortificación de forma pentagonal del siglo XIV.
Como algunos de vosotros sabéis, Déborah tiene un blog de cocina (Mi toque en la cocina) así que siempre que tenemos algo de tiempo nos acercamos al mercado local a ver qué productos podemos encontrar. Esta vez visitamos el mercado de San Lorenzo.
A la salida del mercado visitamos la Basílica de San Lorenzo. Alrededor de esta basílica había un mercadillo en el que podías encontrar de todo (ropa, maletas, calzado, souvenirs,...)
Ya se había hecho la hora de la apertura del Duomo por lo que nos encaminamos a la Piazza del Duomo para visitar la catedral con el primer grupo de turistas. La visita es gratuita por lo que las colas para acceder a ella en horas puntuales se hacen eternas. La verdad es que su interior no tiene nada que ver con la grandiosidad de su fachada, así que si no disponéis de mucho tiempo podéis dejar de visitarla sin el mayor remordimiento.
La última visita que íbamos a hacer en Florencia era el Baptisterio de San Juan, el edificio más antiguo de la ciudad. Hasta el siglo XIX, todos los católicos de Florencia eran bautizados en este edificio en el que destacan sus tres puertas de bronce.
Para despedirnos de este impresionante conjunto arquitectónico volvimos a rodear el Duomo para memorizar esta espectacular estampa.
Bueno, ya os dejamos para que descansen vuestras retinas después de tanta foto. En el próximo post ya nos adentramos en los típicos pueblos de la Toscana.
La verdad que Florencia es preciosa y te digo una cosa, aunque como bien dices en el Hard Rock la comida no es de lo más sana a mí también me encanta, jejejeje. Muy chulas las fotos del mercadillo!!! Un abrazo. ;-)
ResponderEliminarQue ilusión nos hace verte por nuestro blog, la visita del mercado desde nuestra primer viaje a Asia es parada obligatoria en cualquier país que vamos. Allí uno puede encontrar de todo.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Por último: nos ha sorprendido tu último post sobre Andorra.