9/05/2012

Arezzo, San Marino y Rávena

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Hoy hicimos nuestra ultima parada en la Toscana, Arezzo. Una ciudad muy tranquila que conserva lugares de gran interés que bien merecen pasar unas horas recorriendo sus calles. 


Fue muy fácil aparcar a las afueras de las murallas e inmediatamente pusimos rumbo al plato fuerte de la ciudad: la Piazza Grande. 


Después de hacer una breve parada en la oficina de turismo, que se encontraba justamente al finalizar las escaleras de subida desde los aparcamientos. Nada mas salir de ella nos encontramos con el enorme Duomo donde destacan sus vidrieras del siglo XVI.


Con el mapa trazamos una ruta donde pudiéramos ver lo mas importante de la ciudad. Siguiente parada fue la Iglesia de San Francesco del siglo XIII que esconde tras su sencilla fachada uno de los frescos mas importantes del renacimiento la Leyenda de la Cruz (XV). El punto mas al sur de la ciudad que visitamos fue la Piazza de Guido de Monaco pero antes nos encontramos con varios palazzos, algunos de ellos albergan museos en la actualidad.


Continuamos subiendo por Corso Italia, una calle muy comercial y llena de encanto con edificios característicos de la zona en donde se puede visite la iglesia de Santa Angela.


Finalmente llegamos a la Piazza Grande, una plaza con una pendiente considerable, en la que destaca la Iglesia de Santa Maria della Pieve, el Palacio Tribunal de la edad, la Fraternidad del Laici y la Logia de Vasari, entre otros edificios.


Callejeamos por los alrededores de la Piazza y encontramos edificios y callejuelas con un encanto especial que bien se merecía una foto.


Muy cerca de aquí se encuentra el Palazzo Pretorio, un hermoso edificio  que fue sede del Popolo del Capitano en el siglo XIII, cuenta con una fachada revestida con escudos de armas de las familias nobles de la ciudad.


En los dos días anteriores pudimos comprobar la cantidad de ciudades y pueblos que se pueden visitar en la región de la Toscana. No nos hubiera importado pasar algún día mas en la zona así que dejamos las puertas abiertas para otra futura visita, pero queríamos aprovechar la oportunidad de conocer uno de los países mas pequeños del mundo y la República mas antigua de Europa, San Marino. Fundada en el siglo IV por un monje del mismo nombre.


Tras aparcar el coche en un parking en la parte baja del centro histórico y gracias a un conveniente ascensor llegamos a la zona amurallada de la ciudad. Desde aquí comenzamos nuestra visita a San Marino. Entramos a la ciudad por la Porta de San Francesco y nada mas cruzarla se puede visitar la iglesia de dicho santo que fue edificada en el siglo XIV.


Enseguida nos dimos cuenta de que había que estar en forma para recorrer el casco antiguo puesto que la mayoría de sus calles mostraba una pronunciada pendiente. 


Dejamos atrás la Piazza Titano y caminamos por la Via Eugippo donde pudimos ver la Cava dei Balestrieri, lugar donde desde el siglo XIV practicaban los arqueros que defendían las murallas de la ciudad. En la actualidad se siguen realizando torneos de ballesta.
Muy cerca pudimos disfrutar las vistas de un mirador desde donde podíamos contemplar la costa Italiana y a lo lejos el Mar Adriático del que tan buenos recuerdos conservamos de nuestra visita en el 2008 a Croacia.

Ya en la Piazza della Libertá se encuentra algunos de los edificios mas importantes de San Marino como el Palacio delle Poste, la Arciprestura Vecchia y el Palacio Público, en el centro de la plaza se encuentra la estatua de la libertad.


Tocaba la hora de comer y justo al lado de la Piazza nos sentamos en un pequeño restaurante donde nos atendieron estupendamente y comimos a un buen precio. Como era de esperar, la mayor parte del menú  consistía en pizza y pasta. Nosotros nos decidimos por dos platos de pasta y unas pechugas de pollo al estilo de San Marino. Muy, muy bueno!!!!


Ya con las energías renovadas, que con tantas cuestas buena falta nos hacía, pusimos rumbo a lo mas alto de la ciudad, visitando antes la Basílica del Santo y la iglesia di San Pietro. También teníamos otro mirador esperándonos donde podíamos comprobar la altura que habíamos alcanzado.


De las tres torres de guardia que tiene San Marino solo visitamos La Roca. Era la mas cercana en nuestro recorrido y nos encontramos con obras de mejora en el camino que conducía hasta la segunda torre, La Cesta. Así, que después de la visita a la torre iniciamos el regreso al coche.


Como resumen de nuestra visita a este pequeño país, decir que su casco histórico tiene un encanto especial y poder asistir a sus fiestas tradicionales debe de ser algo mágico. San Marino es un país libre de tasas por lo que hay bastante turismo que viene simplemente a realizar compras, pero nosotros tuvimos la suerte de encontrarnos su casco histórico libre de este tipo de turismo. Nosotros no hicimos compras, lo único aprovechamos la gran diferencia con Italia en el precio de la gasolina y llenamos el depósito.
Todavía nos quedaba algo de tiempo y aunque no teníamos planificado mas visitas para ese día  decidimos hacer una breve parada en la ciudad de Rávena. 


Rávena, pertenece a la región de Emilia-Romaña. Es famosa por sus monumentos bizantinos y paleocristianos que están inscritos en la Unesco. Dimos un paseo recorriendo su casco viejo, con numerosas iglesias entre las que destacan la Iglesia de San Vital de Rávena, Mausoleo de Gala Placidia, Baptisterio Neoniano y la Basílica San Apolinar Nuevo.



 También visitamos su Piazza del Popolo, donde se encuentra el Palazzo Comunale, construido en el siglo XVII cuando la ciudad se encontraba bajo el dominio Papal.


Hicimos una breve parada en el mercado para comprar la cena y pusimos rumbo a la Piazza di San Francesco sonde se encuentra la Cripta Rasponi Giardini Pensili que data del siglo XVIII. Justo al lado podemos ver la Basílica di San Francesco. La Basílica es original del siglo V pero lo que vemos hoy es una reconstrucción realizada  entre los siglos X-XI. 


Ya el día tocaba su fin por lo que nos dirigimos al coche para ir a nuestro hotel a las afueras de Bolonia y descansar después de un día tan completo.

1 comentario:

  1. Las ciudades italianas tienen una pinta tremenda. Te digo tienen, porque salvo Venecia, no conozco ninguna otra ciudad en persona y no sabes las ganas que tengo de perderme por allí...

    San Marino es un clásico... es como estar al lado de Liechtenstein y no ir... Hay que pisarlo si o si...

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