Comenzamos el día visitando el Monasterio Shipchenski que se encuentra a las afueras de la ciudad de Shipka. Como podéis ver es una hermosa iglesia ortodoxa cuyos fondos para su construcción fueron donados por el pueblo ruso mientras que los habitantes de Shipka donaron la tierra en donde se ubica. La idea de su construcción del diplomático ruso conde Ignatiev y de la madre del general Skobelev.
Su construcción comenzó en 1885 y terminó en 1902 cuando se pintó el templo principal del monasterio. En 1934 el gobierno soviético le cedió el monasterio a Bulgaria y desde 1970 la iglesia fue declarada monumento arquitectónico. Hoy en día el Monasterio Shipchnski forma parte del parque-museo "Shipka-Buzludzha"
La forma arquitectónica de la iglesia tiene una cruz, una nave cuadrada y tres ábsides. Esta ricamente ornamentada y su entrada es gratuita. En las paredes de la iglesia y en las galerías de fuera hay 34 losas de mármol con los nombres de los oficiales y de los rebeldes que murieron en la guerra Ruso-Turca de 1877-1878, cuyas batallas más crueles ocurrieron en el Paso de Shipka. La parte occidental de la iglesia tiene una torre-campanario con un número total de 17 campanas en donde la más grande pesa 1643 kilos (nada más y nada menos)
El monasterio está en funcionamiento por lo que podemos ver en él a los monjes que viven aquí sin embargo aquí no hay alojamiento para los visitantes como sí ocurre en otros muchos monasterios. La visita vale la pena y más cuando nos pilla de camino. Hacía bastante frío, tan que comenzó a nevar (toda una experiencia para unos canarios)
Continuamos nuestro camino en carretera por la E65 y como podéis comprobar el paisaje era totalmente invernal, con tanta nieve y sin cadenas tuvimos que reducir bastante la velocidad para no tener ningún percance lo que nos dio tiempo para observar este precioso paisaje, tan distinto al de nuestra tierra.
Nuestra siguiente parada en el camino fue la ciudad de Tryavna, situada en la parte central de Bulgaria, a la misma distancia de Sofía que de Varna, unos 250 kilómetros más o menos. Está situada a unos 440 metros de altitud, en las faldas de la pendiente norte de Stara Planina en el valle del río que da nombre a la ciudad. Según los datos históricos las tribus tracias se asentaron en los alrededores de la ciudad, entre los siglos XVIII y XIX la ciudad se convirtió en un centro cultural y artesanal y durante la época del Renacimiento aquí se fundó la Escuela de Arte de Tryavna. Hoy en día esta pequeña ciudad sigue manteniendo su espíritu renacentista. Las casas construidas durante este período tiene un diseño arquitectónico propio con plantas bajas con formas irregulares donde se instalaban los artesanos y comerciantes. Las plantas superiores tiene las ventanas ornamentadas con molduras de madera y los tejados están cubiertos con losas trabajadas.
Desde la plaza principal del pueblo se puede contemplar la Torre del reloj que data de 1814 con una altura de 21 metros. Al lado de la torre se encuentra el puente antiguo y al otro lado de la plaza podemos visitar el Shkoloto, o lo que es lo mismo, la vieja escuela en donde se puede ver cómo se llevaba el proceso de aprendizaje desde 1839 año de su inauguración. En la exposición del museo se pueden ver textos escolares, manuales, certificados, una interesante colección de relojes de distintas épocas y y una colección de pinturas del artista Dimitar Kazakov. En frente de este edificio se encuentra la Iglesia del Arcángel San Miguel fundada en el siglo XII y reconstruida en 1821. Son muy interesantes el iconostasio tallado y los frescos de esta preciosa iglesia. Muy cerca se encuentra la Iglesia de San Arcángel Gabriel que también data del siglo XII. Los logros de la escuela de arte de Tryavna en la casa Daskalova y en la Slaveikova, hoy convertidas en museos.
Antes de terminar con la visita decidimos parar a comer en la misma plaza principal, junto a la Torre del reloj, en una preciosa Mexana junto a la chiminea. Pedimos platos típicos como la tarator (una sopa fría de pepino y yogur que nos encantó, si queréis ver la receta Déborah la tiene publicada en su blog), queso gratinado con tomate, una olla con salchichas, verduras, huevo y queso y unas papas al estilo de Tryavna. Todo un banquete en un lugar idílico.
Continuamos hacia nuestra última parada del día, Veliko Tarnovo, una hermosa ciudad situada al norte del país y que es el centro administrativo de la región. La ciudad está situada a orillas del río Yanta a unos 240 kilómetros de la capital, Sofía. Se encuentra en una encrucijada de muchas conexiones comerciales lo que impulsó su desarrollo económico y cultural desde la antigüedad hasta nuestros días. Veliko Tarnovo es una de las ciudades más antiguas del país, su historia se remonta a más de cinco milenios como demuestran las excavaciones arqueológicas. En 1185 la ciudad fue declarada capital del estado búlgaro por los hermanos Asen y Petar, quienes declararon el fin del dominio bizantino que duró 167 años.
Teníamos toda la tarde por delante y como nuestro hotel estaba muy bien situado para conocer las reliquias de esta hermosa ciudad salimos a dar una vuelta y a ver qué nos ofrecía la antigua capital búlgara.
En la parte antigua de la ciudad se sitúan la mayor parte de los monumentos a visitar como los museos locales, las iglesias, el mercado de artesanía y la casas señoriales del siglo XIX como la Sarafkina o la casa del monito, que recibe su nombre por una pequeña estatua de un mono que hay en su fachada. Esta ciudad ha sido nombrada capital del turismo cultural de los Balcanes y varias veces ha ganado el premio a la ciudad más bella de Bulgaria y no es de extrañar por sus impresionantes casas que cuelgan del risco que da al río, por su rica historia y patrimonio, por su gastronomía.
A la mañana siguiente fuimos a uno de los platos fuertes de Veliko Tarnovo, el Museo y Reserva arquitectónica de Tsarevest, situado en una colina muy cerca de nuestro hotel. La colina ha estado habitada desde el tercer milenio antes de Cristo y entre los siglos V y VII en este territorio se situaba la mayor ciudad del Imperio Bizantino. En el siglo XII comienza la construcción de la fortaleza que se conserva hoy en día. El muro tiene 1100 metros de longitud, 3,40 de ancho y más de 10 de alto. Tiene tres puertas de acceso que aún se pueden observar. La puerta principal, protegida por torres, se sitçua en la parte occidental, la segunda, llamada la puerta pequeña, está en la parte noroeste y la puerta Frenkjisarska, está en la parte sudeste de la fortaleza y contaba con un torre de defensa. En la parte central de la fortaleza está el complejo palacial, unos cuantos edificios rodeados por una muralla interna de piedra, dos torres de defensa y dos puertas. Incluye la sala del trono, la iglesia palacial y el reposo real. Después de que Tarnovo fuera proclamada capital del Segundo Reinado Búlgaro, Tsarevest se convirtió en su fortificación principal y sede de la aristocracia. A lo largo de 200 años, la vida política, económica y cultural la convirtieron en una de las mayores ciudades del sudeste europeo y a ésta fortaleza, la más importante de Bulgaria. En la parte norte, sobresale por la colina una roca que cae al vacío sobre el ría Yantra y durante los siglos XI-XIV por aquí arrojaban al vacío a los traidores del estado pero en el siglo XVI se construyó un convento en este lugar.
La restauración de la fortaleza se terminó en 1981 con motivo de la celebración de los 1300 años de la creación del estado búlgaro. Tanto el camino hacia la puerta principal con el portal grande como las imponentes murallas y torres guerreras están totalmente reconstruidas. En la cima de Tsarevest se encuentra la restaurada iglesia patriarcal. Debajo se encuentra el palacio real. Las excavaciones muestran las bases de 470 edificios residenciales, una posada, residencias de la aristocracia, 23 templos y 4 conventos urbanos. Da gusto pasear por esta fortaleza que nos lleva a imaginárnos cómo sería vivir en aquella época.
Justo debajo podemos visitar el barrio de Asenova, el lugar donde vivían los artesanos y sacerdotes que vivía al lado de la fortaleza y prueba de ello son las numerosas iglesias que nos encontramos a ambos lados del río. En 1913 quedó abandonado por un terremoto que destruyó gran parte del barrio, hoy en día reconstruido.
La Iglesia de los Cuarenta Mártires es un templo ortodoxo búlgaro construido en 1230. Es una basílica rectangular con seis columnas, tres ábsides semicirculares y un atrio separado en el lado oeste de la iglesia. En su interior se almacena símbolos significativos del Imperio Búlgaro como las columnas Omurtag, Asen y de Khan Krum todas sobre el siglo IX.
Cruzamos el río y seguimos en dirección a la iglesia de San Demetrio de Tesalónica, un templo medieval que fue construido en el siglo XII y que ha sufrido varias modificaciones e incluso un terremoto en 1913. La encontramos cerrada pero nos conformamos de sacarle unas fotos desde el exterior.
Volvimos a coger el coche para visitar a tan solo 5 kilómetros la aldea de Arbanasi. Tuvimos la suerte de conocer el Convento de monjas "San Nicola" pues al llegar estaba la puerta cerrada pero en el momento de dar la vuelta salió una monja que amablemente nos invitó a pasar. El monasterio fue fundado en el siglo XIII pero lo que podemos ver es del siglo XVII pues fue arrasado por los otomanos en 1393. Dentro de la capilla hay hermosos frescos murales del siglo XVII. Les dimos las gracias a la monja por invitarnos y dejamos unas monedas para su restauración.
Pero lo mas importante de Arbanasi es la espectacular Iglesia de la Natividad conocida como la Capilla Sixtina de los Balcanes y con razón. Es difícil reconocer la iglesia en su exterior pues no tiene forma de iglesia y parece mas un almacén de cultivo. Gracias que nos acompañaron casi hasta la puerta del recinto y tras pagar la entrada disfrutamos de uno de los mejores tesoros que guarda Bulgaria. Son impresionantes los frescos que cubren paredes y techos de las tres secciones que forman la antigua iglesia, data del siglo XVII y es una parada obligatoria. A nosotros nos encantó.
Seguíamos con la ruta establecida y ahora tocaba visitar el Monasterio Preobrazhenski (de la transfiguración) que se encuentra a 11 kilómetros de Arbanasi. Se sitúa en unos acantilados sobre la orilla del río Yantra y lo pudimos comprobar en el último kilómetro en coche, como estaba la carretera!!
Se calcula que se construyó alrededor del 1360 por la zarina Teodora-Sara y su hijo Ivan Shishman. Aparcamos en la misma puerta y tras atravesar la puerta supimos que nos iba a encantar, estábamos solos y atravesamos el patio hacia la Iglesia de la "Transfiguración de Nuestro Señor" del siglo XIX.
El interior es toda una joya renacentista del gran pintor búlgaro Zajari Zograf del siglo XIX, repleta de frescos que gracias a una reciente restauración están en perfecto estado. Justo cuando estábamos en el interior apareció un amable sacerdote que nos explicó en un perfecto inglés los distintos usos que se le han dado a este monasterio a lo largo de la historia, como por ejemplo en la guerra Ruso-Turca en la que se convirtió en hospital.
La siguiente parada estaba a unos 100 kilómetros, en nuestro camino hacia Rila una parada que teníamos anotada era conocer el Monasterio de Troyan. Tercer monasterio del país representa un monumento cultural de importancia nacional. Fue fundado en el año 1600 restaurado en 1830, pertenece a la escuela del Renacimiento búlgaro. No se permitía sacar fotos del interior de la iglesia que estaba adornada por unos espectaculares frescos pintados por el mismo pintor que el anterior monasterio. Nos tuvimos que conformar con admirar las pinturas y sacar unas fotos del exterior de la iglesia.
Esta noche no teníamos alojamiento reservado, raro en nosotros. La distancia hasta el monasterio de Rila eran 297 kilómetros y dependiendo el tiempo que nos quedaba hasta oscureciera decidíamos donde dormir. Al final recorrimos 240 kilómetros queríamos empezar el día siguiente lo mas cercano al monasterio. La verdad es que lo pasamos un poco mal pues cayó la noche y no encontrábamos ningún núcleo urbano, y para mas complicaciones en muchos tramos la carretera estaba en obras, con una señalización pésima que en tramos teníamos que invadir el sentido contrario.
Llagamos a la ciudad de Dupnitsa y pasamos la noche en un hotel que anunciaban desde la carretera. Teníamos que descansar pues al siguiente día teníamos el plato fuerte del viaje: "El Monasterio de Rila". Pero eso será en la siguiente publicación.
De Bulgaria no hago más que descubrir sitios nuevos... El día que vaya estaré abrumado con la cantidad de cosas que hay que ver.
ResponderEliminarPor cierto... otra cosa... Lo ves como no pasa nada por no llevar el alojamiento reservado!!!??? jejejeje... Un sustito, pero al final siempre se encuentra algo.. Yo tuve una parecida en Croacia, a las 11 de la noche y sin saber donde dormir...
Un abrazo!
En el momento uno lo pasa mal, sobre todo te arriesgas a que el hotel que escojas casi por desesperación sea cutre y caro, como nos paso. Deborah me lo sigue recordando jajaja.
EliminarNo dudes de escaparte por Bulgaria y como no por Macedonia.
Un abrazo para los dos.
Javier y Deborah
Pues yo me esperaba más de Veliko Tarnovo, fue una pequeña decepción. Me gustó, pero me gustaron más otros lugares menos conocidos. De todas formas, sus alrededores merecen mucho la pena. A ver si algún día hago una entrada en el blog, que aun lo tengo pendiente.
ResponderEliminarPor cierto, un día de estos voy a probar la receta de tu mujer....pepino y yogourt fresquito, ummmmmm, que rico.
Totalmente de acuerdo, nos gusto mucho mas los alrededores que el propio Veliko Tarnovo.
EliminarY lo mejor de los monasterios es que estábamos casi solos.
No dudes en probar esa o cualquiera de las recetas de Deborah. Te van a encantar!!!
Un fuerte abrazo desde Las Palmas.
http://siemprejuntosporelmundo.blogspot.com.es
No imaginaba que Bulgaria tuviera tanto encanto! Menos mal que encontrasteis alojamiento! Yo suelo llevarlo reservado porque me agobia que pueda pasarme lo que casi os pasa a vosotros.
ResponderEliminarSaludos
www.locosxlosviajes.com
Bulgaria es un país que ofrece mucho al viajero y es muy fácil de organizarse un buen recorrido.
EliminarApúntatelo en tu lista para futuros viajes.
Un abrazo desde Las Palmas.
Javier y Deborah
Nunca he estado por allí pero me ha encantado todo lo que contáis y las fotografías, que invitan a darse un viajecito por aquellas tierras.
ResponderEliminarYa veo que lo de la nieve es algo fuera de lo normal para vosotros, en vuestra tierra poco la veis ¿no?
Un saludo!
Muchas gracias por tu comentario.
EliminarSi, somos de Las Palmas y por aquí la nieve solo se ve en fotos jajaja.
Bulgaria nos encanto es un país muy poco conocido, pero te recomendamos que no te pierdas las publicaciones que haremos de Macedonia.
Esperamos verte por aquí.
Un saludo.
Nunca hemos estado en Bulgaria, pero por lo que veo, los edificios son preciosos y las calles se ven muy bien cuidadas. Tiene que haber sido un viaje estupendo. En nuestras próximas vacaciones (digase nuestra segunda luna de miel por los 25 años de casados) intentaremos ir por allí. Se ve un sitio ideal. Las fotos son muy bonitas.
ResponderEliminarUn saludo
Bienvenido a nuestro blog,
ResponderEliminarno dudéis de conocer estos dos países, son muy poco turísticos y eso los hacen aun mas interesantes para descubrilos.
Esperamos que nuestros relatos os sirvan de ayuda.
Muchas gracias.
http://siemprejuntosporelmundo.blogspot.com.es