1/10/2014

Un par de días en Helsinki.

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Para finalizar nuestro viaje por las capitales bálticas pasamos un par de días en la capital de Finlandia y he de decir que nos sorprendió gratamente. Nuestro primer contacto con la ciudad fue en Mannerheim Square, muy cerca de nuestro hotel. Esta es la calle más importante de la ciudad y en ella podemos encontrarnos desde el Museo Nacional, el Museo de Arte Contemporáneo Kiasma o La casa de Finlandia entre otros puntos de interés turístico. Llegamos tarde a Helsinki y muy cansados así que este día sólo vimos lo que había entre la estación de autobuses y nuestro hotel, a un par de manzanas de distancia.


Al día siguiente nos dirigimos caminando hacia el parque de la explanada, un lugar precioso para pasear, lleno de cafeterías con sus correspondientes terrazas para aprovechar el buen tiempo. Aquí se reúnen finlandeses y foráneos para escuchar música en su kiosco de la música y para tumbarse en el césped y broncearse al sol. Entre otras cosas se puede ver la estatua dedicada a Johan L Runenberg, poeta nacional y autor del himno finlandés Land Vart. El parque, lleno de flores muy coloridas, termina en la fuente coronada por Havis Amanda, la imagen de una mujer desnuda hecha en bronce y colocada sobre una fuente de granito rodeada de peces y leones marinos que echan agua por la boca. Dos tradiciones hacen referencia a esta estatua, los estudiantes celebran el fin de curso cubriendo su cabeza con un bonete y los hambres, para aumentar su virilidad, se lavan la cara con sus aguas mientras gritan tres veces "Rakastaa". Realmente esta joya del Art Nouveau francés se construyó para simbolizar el renacimiento de Helsinki tras la ocupación rusa.


Justo al pasar esta fuente llegamos al Market Square (Kauppatori) la zona más concurrida por los turistas y punto neurálgico del casco histórico. Además de productos regionales, de artesanía de todo el país y de puestos con frutas y verduras de temporada aquí se montan carpas con mesas y bancos para poder degustar un poco de comida tradicional. En esta preciosa plaza se encuentra la residencia del presidente de Finlandia, el Palacio Presidencial, un edifico de estilo Neoclásico situado muy cerca de donde parten los ferrys que se dirigen a la fortaleza de la isla de Suomenlinna. No pudimos visitar el viejo mercado cubierto ya que se encontraba cerrado por reformas así que tenemos otra excusa para volver.


Desde allí cogimos el primer ferry que salía hacia la Fortaleza Suomenlinna. Tras un cuarto de hora de travesía llegamos a esta hermosa isla declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Como podéis ver en el mapa que señala Déborah, la fortificación está construida en realidad sobre cuatro islas comunicadas entre sí a través de puentes.


Esta fortaleza es un ejemplo de la arquitectura militar europea y se construyó en el siglo XVIII, cuando Finlandia pertenecía a Sueci. El objetivo de su construcción era el de hacer frente a las incursiones rusas. Sin embargo de nada les sirvieron sus fortificaciones, cañones y complejos militares ya que Suomenlinna calló en manos rusas sin dispararse una sola bala, curioso verdad?


Hoy en día aún se conserva el aspecto de las guarniciones militares. Es un paseo muy agradable que nos transporta en el tiempo a otra época gracias a la conservación de sus callejuelas bordeadas de pintorescas casas de madera construidas en un estilo tradicional.


Si el día acompaña, cosa que no pasó con nosotros, podemos pasar un buen rato en la playa haciendo picnic y tomando el escaso sol que aparezca. Entre playas, acantilados y cañones nos encontramos con una zona muy verde en la que si te fijas bien hay casas camufladas entre la hierba que en otro tiempo se utilizaban como almacenes para la pólvora.


De regreso a la Plaza del Mercado paseamos entre los puestos y nos decidimos a comer en uno bastante animado, pescado, papas, salchichas y un par de cervezas fueron el festín. Eso sí, ojo con las gaviotas que sobrevuelan el muelle porque se tiran en picado a por tu plato de comida y si no que se lo digan a Déborah que sufrió el ataque de una de ellas.


Después de comer dimos un paseo mientras nos comíamos un helado hasta llegar a la Catedral Uspenski. Construida en 1833 es la iglesia ortodoxa más grande de Europa Occidental. Este imponente edificio de ladrillo rojo coronado con cúpulas doradas se alza sobre una colina y es uno de los vestigios de la dominación rusa en la ciudad. Desde el mirador que la rodea se contemplan unas hermosas vistas de Helsinki y el interior del templo, cuya entrada es gratuita, merece una visita para disfrutar de sus hermosas lámparas, sus numeroso iconos y las típicas decoraciones de las iglesias ortodoxas.


Cerca se encuentra el centro del casco histórico de la ciudad, la Plaza del Senado en donde podemos contemplar edificios de estilo Neoclásico tan importantes como la Catedral de Helsinki, el Banco de Finlandia, la Biblioteca Nacional y el edificio principal de la Universidad. En el centro de la Plaza del Senado nos encontramos con la estatua de Alejandro II. Todo este conjunto arquitectónico fue diseñado por el arquitecto Carl Ludwig Angel que comenzó la construcción a principios del siglo XIX hasta su muerte (no llegó a verla totalmente finalizada) Dimos una vuelta para un primer contacto ya que al día siguiente regresaríamos.



Caminamos de nuevo hacia el parque de la explanada ya que el día acompañaba y el lugar estaba muy concurrido. Se nota que que los fineses aprovechan cualquier rayito de sol para salir a disfrutar del buen tiempo y compartir una cerveza con los amigos o simplemente tirarse en el césped para disfrutar del día. 


Ya las reservas iban tocando a su fin pero decidimos continuar caminando hasta la Plaza de Rautatientori en donde se encuentra la Estación central de trenes a la que llagamos desde el aeropuerto. En esta plaza se encuentra también el Teatro Nacional de Finlandia la Oficina Cultural y el Casino. Como aún nos quedaban algo de fuerzas, decidimos acercarnos hasta la conocida Iglesia de Piedra (Temppeliaukio) pero aunque el día parecía que daba para mucho más nos encontramos con las puertas de la iglesia cerradas a cal y canto por lo que tendremos que volver en otra ocasión para ver su interior. Las horas de sol que tienen en estos meses engañan pero nuestro cuerpo, que es sabio, nos obligó a retirarnos al hotel a descansar ya que el día había llegado a su fin.



A la mañana siguiente volvimos a la Plaza de Rautatientori para poder ver con más calma los edificios que la rodean.  Comenzamos con la Estación de trenes, un enorme edificio de estilo Jugendstil (así se llama al modernismo finlandés) cuyo principal punto de interés es la altísima torre del reloj. En la puerta principal podemos contemplar unas enormes figuras de hombres sosteniendo unas esferas metálicas que simbolizan la modernización y el progreso. El Teatro Nacional de Finlandia, construido en 1902 es el teatro más antiguo que representa obras en finés y símbolo de la cultura del país. Frente a su fachada se encuentra la escultura del escritor nacional Aleksis Kivi autor de la primera obra el lengua finesa. En esta plaza también se puede visitar el casino de Helsinki.


De vuelta a la Plaza del Senado visitamos la Catedral, una imponente iglesia luterana, situada sobre una escalinata, cuyo edificio de estilo Neoclásico data de 1830. La verdad es que su interior no es para nada tan espectacular como su exterior pero se puede visitar gratuitamente. Bajo la Catedral podemos visitar su cripta que hoy en día se ha convertido en una sala de exposiciones y cafetería. En un lateral de la Catedral se encuentra la Biblioteca Nacional de Finlandia en donde se guarda el patrimonio bibliográfico del país.


Delante de la Catedral y presidiendo la plaza del Senado se encuentra la estatua del Zar Alejandro II de Rusia, muy querido en Finlandia ya que les otorgó más autonomía durante la ocupación rusa del país.
El Palacio del Gobierno se encuentra en uno de los lados de la Plaza y en otro la sede de la Universidad.


Para despedirnos de la ciudad nos acercamos a uno de los lugares más concurridos, la Plaza del mercado en donde pudimos disfrutar de sus coloridos puestos de flores, frutas y verduras. Volvimos a ver el Palacio Presidencial, residencia del presidente de Finlandia, un hermoso edificio de estilo imperio de principios del siglo XIX. Ya se nos hacía tarde así que de vuelta a la estación de trenes desde donde partía nuestra guagua de Finnair para ir al aeropuerto. 


Como podéis ver apenas hemos disfrutado de dos días en esta hermosa ciudad pero este tiempo ha sido suficiente para disfrutar de muchos de sus encantos y dejarnos con el gusanillo de conocer mas de este país.


13 comentarios:

  1. Pero que buen tiempo!!! Lo de las gaviotas me ha recordado a Brighton, pasa exactamente lo mismo, hasta se organizan.
    http://itsebcblog.blogspot.com.es/

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    1. La verdad que incomodan un poco la visita y el almuerzo, pero también te echas unas risas.
      Un abrazo.

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  2. Yo estuve en verano y mi hijo de Erasmus en invierno, al parecer cambia mucho, el frio es un factor desencadenante de depresiones y sobre todo la falta de sol. A mi me gustó Helsinki pero parece que no es lo mismo estar un par de días de verano que "comerse" el invierno gélido finés.
    Saludos Viajeros
    El LoBo BoBo

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    1. Imagínate para nostros que en Las Palmas tenemos uno de los inviernos mas suaves de toda Europa, solo pensar pasar un invierno allí se me congela hasta el pensamiento ....
      Aunque a veces buscamos escaparnos en pleno invierno por Europa para pasar mucho frío
      Un abrazo

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  3. Nosotros también estuvimos en verano, en junio, cuando el día es interminable y la gente invade las calles y parques. Tal como dice Paco creo que en invierno tampoco me gustaría, odio el frío pero más aun la oscuridad.
    La ciudad me pareció muy agradable, tenemos muy buen recuerdo de Helsinki.
    Un abrazo

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    1. Como contamos queremos volver para conocer algunas zonas mas del país, incluso Finnair tiene muy buenos precios para viajar a Asia. Y hacer una escala de un par de noches es genial.

      Un abrazo y pronto llegaran las preguntas de nuestro próximo viaje

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  4. A mí en invierno esas latitudes tampoco me gustarían mucho, me encanta la luz del día, pero bueno para un par de días en veranillo es un destino estupendo por lo que veo. Esos días tan largos me gustan mucho y además se aprovecha mucho el tiempo. Preciosas las fotos. Un saludito :-)

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    1. Después de leer algunos blogs sobre la zona nos decidimos por esta ruta en Junio al saber que los días son eternos. Todavía recuerdo la luz a las 12 de la noche, espectacular !!!
      Un abrazo desde Las Palmas

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  5. Tenéis unos relatos viajeros muy interesantes, asi que me voy a quedar por aqui para seguir leyendo más. Un saludo,

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    1. Muchas gracias por pasarte y quedarte por nuestro blog.
      Espero que te gusten nuestras historias viajeras.

      Un abrazo

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  6. Víctor del Pozo1/17/2014

    A mi también me sorprendió gratamente la ciudad... y eso que tuvimos como 30 grados de temperatura menos de los que veo en tus fotos jejejeje... De los 5 días que teníamos para estar en la ciudad, 2 los dedicamos en ir a Tallín, pero en los otros dos días y medio no nos aburrimos en ningún momento, y eso que nos quedaron cosas pendientes como la fortaleza que mencionas... pero preferimos olvidarnos de Ferrys y andar por toda la ciudad, bueno... la ciudad y el báltico, porque cuando fuimos estaba todo el mar congelado.

    Un abrazo!

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    1. Que tal Victor, como esta la familia??
      Como me contaste cuando nos vimos en Madrid, tu viste otra Helsinki totalmente diferente a la nuestra. Pero seguro con mucho encanto al estar todo cubierto de nieve.

      Un abrazo.

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  7. Excelentes fotos y relato amigos. No tenía idea que fuera tan colorida la comida en Finlandia, como que uno tiene una percepción distinta de este lado. Se me antoja conocerle pero en pleno invierno cuando la nieve no deje ni caminar jejeje

    Saludos!!!

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